31/1/11

Percepción

Se trata del proceso por el cual adquirimos información del exterior, entiéndase por esto el proceso por el cuál nuestro cerebro es estimulado.

Cualquier estímulo forma parte de la percepción, sea este un proceso químico dentro del cerebro o sea una señal a través de los nervios, en cuyo caso suele tratarse de un estímulo externo al cuerpo que hospeda el cerebro el causante de la perturbación.

Estos dos parrafillos dignos  de un manual médico básico, se nos olvidan fácilmente. Caemos en el error de creer que pensamos de manera independiente al mundo, de manera externa, aislada. Sin embargo, sin una percepción, sin un estímulo de entrada, no existe pensamiento posible. En caso de pensar en "ausencia" de estímulos (algo discutible, ya que la propia ausencia de estímulos puede ser considerada como un estímulo más), debemos recordar que siempre se tratará de un pensamiento condicionado, basado en "reverberaciones" del pensamiento anterior, basado en la percepción.

Debemos tener claro, pues, que en caso de controlar todos los estímulos desde el origen de un ser humano, podríamos controlar su comportamiento posterior. Debemos tener claro, también, que controlar la totalidad de estos estímulos es prácticamente imposible.

La única manera de llevar a cabo este condicionamiento sería "condicionarle par el propio condicionamiento", esto es, controlar todos los estímulos durante un pequeño período de tiempo tras el nacimiento y condicionarle, enseñarle a discriminar los estímulos durante el resto de su vida en favor de aquellos que nos convengan. De esta manera, el resto de su vida estará a nuestra merced, y él mismo evitará cualquier estímulo que pudiese llevarle en otro sentido al deseado por nosotros.

Aparte de eso, es predecible que si se produjese un estímulo suficientemente fuerte, la máquina podría cambiar de comportamiento, podría romperse el condicionamiento si este no fue lo suficientemente restrictivo (si, por ejemplo, se permitió la existencia de sentimientos, entonces un sentimiento fuerte podría desencadenar una "rebeldía" contra los estímulos que le hayamos impuesto, con resultados catastróficos). Para evitarlo, deberíamos instruirle en todos los posibles contraestímulos, o asegurarnos de manera externa de limitarlos e impedirlos.

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