7/9/11

Definiciones

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Es importante ser conscientes de lo que supone el lenguaje articulado y nuestro conocimiento "representativo" (resumimos la realidad con conceptos) a la hora de pensar.

El reducir la realidad a entes y relaciones nos permite avanzar a pasos agigantados. Nos permite prever estados futuros de la realidad y actuar en consecuencia, así como recordar y manejar estados pasados (la información relevante de estos, al menos). Sin embargo, es vital ser conscientes de que la realidad no es así, de ninguna manera.

La realidad, a nuestro nivel, se compone de cientos de millones de partículas colisionando entre sí continuamente. En el fondo, es solo eso. Y, aunque llamemos a una masa de partículas "mesa", aunque la tratemos con ese término, su realidad física no sufre alteración alguna. No hay un ente mágico, un conjunto sólido que sea una mesa, sino que somos nosotros los que ponemos ese nombre a aquello que genera una cierta alteración en nuestros sentidos. Y no modificamos con el término al ente real, pero sí que modificamos nuestra comprensión de dicho ente.

Y he aquí la clave del asunto. Que, siendo nosotros mismos los que creamos el lenguaje, los que manejamos las definiciones, no debemos limitarnos a ellas. Podemos, y debemos, alterarlas, modificarlas, actualizarlas. Hacerlas evolucionar, junto con nuestro conocimiento y nuestra razón.

Debemos entender que no son términos estáticos y absolutos, que ni tiempo ni espacio son sino términos creados por el hombre, que pueden variar y cambiar.

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