29/12/12

La vida, probablemente, no tiene sentido

No lo tiene y no tiene por qué tenerlo. La vida fue creada antes que el "tener sentido". Sencillamente somos, presente de indicativo. La mejor definición de vida es la propia existencia, la propia vida.

La felicidad, no os engañéis, no es el objetivo de la vida. O siendo estrictos, lo es por pura definición: definimos felicidad como el objetivo de la vida. No es algo que exista en sí mismo, es algo que nos inventamos nosotros, que nosotros decidimos.

El secreto para la felicidad es decidir qué es la felicidad primero. Y que sea algo sencillito, alcanzable.

El secreto de la vida, que nuestra felicidad implique más vida. Si nuestra felicidad acaba con nosotros, no es que sea malo, pero la vida se va a la mierda en la siguiente generación. Que es una posibilidad como cualquier otra, por otra parte.


Y ése es el problema del mundo: vivimos por pasar el rato. Porque sí. Ya ni nos preocupamos por enlazar vida y felicidad, por asegurarnos un futuro.

25/12/12

Navidad

Es fácil ser caritativo con aquél que ves. Dejarte llevar por el espíritu de la Navidad y donar juguetes para que niños menos afortunados pasen unas Navidades en condiciones. Llevar comida a un albergue para que tengan unas felices fiestas.

No es tan fácil recordar lo que pasa en otro lugar, fuera de cámara.

Cada juguete (lo dones o lo compres, da lo mismo) suele llevar acarreado el trabajo de alguien. Normalmente en pésimas condiciones (y no hablo de una oficina con el aire acondicionado roto). Cada comilona navideña es comida que salvaría vidas en África (la lleves a un albergue o seas una persona de clase media). Cada celebración aquí es un corte de mangas al resto del mundo.

No está mal ser solidario, al contrario. Pero parece una mala burla si no se tienen prioridades. Si no se piensa en la gente que se muere de hambre (por nuestra culpa) en otros sitios, o en los que sufren todo el año.


Feliz hipocresía.


PD: Quizás sea yo el mayor hipócrita, o el menos indicado para decirlo. Quizás nadie tenga derecho a decirlo. Pero eso no hace que el mensaje deje de ser absolutamente cierto, ni le quita culpa a la sociedad que hemos construido.

16/12/12

Películas

De alguna manera, todo  el mundo sigue el guión de una película. La mayor parte de los actos cotidianos no son sino actuaciones.

¿No te ha pasado nunca que todo el mundo sabía qué era lo siguiente que tenías que hacer? ¿Te puedes considerar libre, cuando todo el mundo puede predecir tus decisiones? ¿Como es posible que todos sepan lo que vas a hacer cuando aún no lo has decidido?

Simple: todos sabemos como suelen ser las películas. Donde están los giros de guión, donde se conmueve el hombre de hielo  y donde el hombre bueno saca fuerzas de la nada para luchar.

Sólo hay un problema: la vida no es una película.
Las decisiones no las escribió un guionista.
Tu libertad reside en pensar antes de elegir, no en amoldarte al guión anónimo.

Elige lo que creas correcto, no lo que sientas (te hayan enseñado a sentir) correcto.

2/12/12

Diseño inteligente

Mira que si el universo hubiese tenido la más mínima diferencia de como es ahora... Parece increíble que se haya dado justamente todo lo necesario para la vida, ni más ni menos. Demasiada coincidencia, dicen.

Una metáfora para explicarlo suele ser el póquer. Si en tu primera mano te reparten escalera real (la más alta combinación posible) en la primera jugada, lo más lógico es pensar que alguien confabula para ayudarte. Es tan poco probable que te caiga la mano directamente, que es razonable extrañarte. Si la baraja tuviese miles de millones de cartas disponibles, en vez de 52, ya ni te cuento.

Hay, sin embargo, una gran falla en este razonamiento. Sin haber visto otros universos es imposible determinar la probabilidad de que se den las mismas condiciones que en el nuestro (o suficientemente parecidas). Es más, ni siquiera conocemos la vida lo suficiente para saber en qué condiciones surge. Hasta donde sabemos, es posible que en cualquier universo pudiese surgir algo digno de llamarse vida. Con un tamaño y tiempo casi infinitos, son altas las probabilidades de que, en algún sitio, surja una estructura capaz de tomar energía y reproducirse. El resto es selección natural.

Por así decirlo, en esta partida primero se reparten las cartas y luego decidimos el juego. Sea cual sea la mano que nos echen nos diseñamos un juego en el que tener la mano ganadora.

Y todas las veces quedamos asombrados: "Qué casualidad que nos haya tocado justamente la mano ganadora, de entre todas las posibles"