En la época en la que estamos, rodeados de ciencia e innovación, enseñamos a nuestros hijos el valor del dinero y la fama frente al de la inteligencia. En nuestro tiempo, donde vivimos cada día buscando el último "gadget" tecnológico, no sólo no valoramos el conocimiento, sino que despreciamos a los estudiosos, a los inteligentes.
Desde el nacimiento, cada día, contribuimos a crear una nueva oleada de gente menos consciente, menos responsable, menos realista.
Y debemos plantearnos si queremos seguir así. Porque los científicos son los que sientan la base de la tecnología que nos mantiene vivos. Ni los futbolistas, ni los cantantes, ni los banqueros. Los científicos.
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